
La minería atraviesa un momento de expansión en Argentina y todas las miradas apuntan a San Juan, provincia que concentra algunos de los proyectos más relevantes del mundo y que podría convertirse en el equivalente a una “OPEP de la minería” en la región.
Con yacimientos de cobre, litio y oro, y la presencia de gigantes como BHP, Río Tinto, Glencore y Barrick, la provincia cuyana se consolidó como el epicentro de un sector que promete desarrollo, empleo e inversiones millonarias. Sin embargo, el avance no está exento de tensiones y desafíos.
El potencial y la advertencia
“Hace falta un plan regional. Una gran mesa del cobre a la que le faltan patas y sillas”, señaló Marcelo Álvarez, director ejecutivo para Sudamérica de Barrick, en diálogo con El Pregón Minero. Su mensaje apunta a la necesidad de infraestructura, planificación y políticas a largo plazo que permitan convertir el potencial en desarrollo sostenible.
Oportunidades y riesgos
La minería redefine el mapa productivo argentino, pero con ello surgen interrogantes:
- Normativa: garantizar estabilidad regulatoria y transparencia.
- Infraestructura: invertir en rutas, energía y logística para sostener proyectos de gran escala.
- Impacto social y ambiental: asegurar que las comunidades locales se integren al proceso y que el crecimiento no genere pasivos irreversibles.
San Juan, en el radar global
El “valle cuyano” ya no solo es sinónimo de viñedos. Hoy, la magnitud de sus proyectos y el interés de las compañías más valiosas del sector posicionan a San Juan como un territorio clave en la transición energética global.
El desafío, coinciden expertos, es transformar los recursos en políticas claras que combinen inversión, regulación y cuidado ambiental. Si se logra, el impacto podría ser transformador para la economía nacional y consolidar a Argentina como un actor de peso en el mercado mundial de minerales críticos.
Con información de El Diario 24.



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