La figura de Juan Facundo Quiroga, caudillo riojano, es conocida por su papel en la historia argentina, pero un episodio poco difundido revela su lado más oscuro. Quiroga manipuló concesiones mineras, estafó inversores extranjeros y dejó una estela de violencia que terminó en tragedia.
En la época en que el Estado argentino promovía convenios con inversores extranjeros para explotar recursos minerales, Quiroga tuvo en sus manos la decisión sobre las concesiones mineras en La Rioja. Varios grupos británicos se interesaron en la zona, pero pronto descubrieron que el negocio no era rentable debido a los altos costos de traslado y la escasez de mano de obra.
Quiroga aprovechó la situación para enriquecerse a costa de los inversores, exigiendo extorsiones y cometiendo actos de violencia contra los trabajadores. El viajero y cronista John Anthony King dejó un valioso testimonio sobre los manejos del caudillo riojano, describiendo cómo Quiroga permitió que los inversores avanzaran con las obras para luego presionarlos y arruinarlos.
La historia de dos hermanos alemanes, Guillermo y Federico, empleados de la compañía, es especialmente trágica. Quiroga ordenó la detención y ejecución de Guillermo sin pruebas, y Federico fue perseguido y ejecutado después de intentar salvar a su hermano. Este episodio obliga a repensar la imagen de Quiroga como un líder noble y revela su lado más implacable y capaz de arrasar con inversiones y vidas si estas interferían con sus intereses personales.
Con información de Los Andes.